Desajustes
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Desajustes
Motivado por la curiosidad como padre profundicé en el tema de la alimentación de los menores. Lo hice simplemente para tener información, no es que tenga preocupaciones en este aspecto. No quiero se el típico padre que no se entera de los problemas hasta que son enormes, como suele ocurrir en temas de drogas, etc.
El caso es que buceando por internet accedí a varios blogs que fomentan la anorexia y la bulimia como filosofía, como forma de vida. Asombrado decidí invertir mi tiempo en estudiar semejante aberración. Me he encontrado con menores alentando a otras a tomar ese camino, dando consejos de como no tomar alimentos, como engañar a los padres y amigos. Hablo de niñas a partir de 7 años que pedían ayuda al sentirse despreciadas por su gordura, y no de una decena, sino de miles.
Me invadió una profunda desazón.
- Los menores no pueden tener acceso tan fácil a contenidos tan peligrosos. Se monta un revuelo por las dichosas descargas y no se agiliza el procedimiento para la erradicación de este tipo de contenidos.
- Hay que corregir muchos desajustes sociales y educativos. Vamos por muy mal camino si un niño es despreciado por su aspecto físico, si no es capaz de aceptarse como es, si los héroes son personas con determinada constitución y no los más virtuosos, etc.
- En el fondo se atisba una incompetencia de los progenitores. En la mayor parte de los mensajes se veía cierta desidia paterna, total desconocimiento de los problemas de los hijos y ceguera total ante los síntomas (comer menos, delgadez extrema, cambio de conducta).
En fin, sé que no es un tema para un foro básicamente masculino (no de propósito) y de adultos, pero es que me quedé preocupado, indignado e impotente.
Afortunadamente me encontré con un grupo grande de personas que trabajan para minorar los daños de estas páginas. Proana, en favor de la anorexia, promía de la bulimia, se hacen llamar princesitas, por si alguien quiere buscar, me niego a poner los enlaces.
El caso es que buceando por internet accedí a varios blogs que fomentan la anorexia y la bulimia como filosofía, como forma de vida. Asombrado decidí invertir mi tiempo en estudiar semejante aberración. Me he encontrado con menores alentando a otras a tomar ese camino, dando consejos de como no tomar alimentos, como engañar a los padres y amigos. Hablo de niñas a partir de 7 años que pedían ayuda al sentirse despreciadas por su gordura, y no de una decena, sino de miles.
Me invadió una profunda desazón.
- Los menores no pueden tener acceso tan fácil a contenidos tan peligrosos. Se monta un revuelo por las dichosas descargas y no se agiliza el procedimiento para la erradicación de este tipo de contenidos.
- Hay que corregir muchos desajustes sociales y educativos. Vamos por muy mal camino si un niño es despreciado por su aspecto físico, si no es capaz de aceptarse como es, si los héroes son personas con determinada constitución y no los más virtuosos, etc.
- En el fondo se atisba una incompetencia de los progenitores. En la mayor parte de los mensajes se veía cierta desidia paterna, total desconocimiento de los problemas de los hijos y ceguera total ante los síntomas (comer menos, delgadez extrema, cambio de conducta).
En fin, sé que no es un tema para un foro básicamente masculino (no de propósito) y de adultos, pero es que me quedé preocupado, indignado e impotente.
Afortunadamente me encontré con un grupo grande de personas que trabajan para minorar los daños de estas páginas. Proana, en favor de la anorexia, promía de la bulimia, se hacen llamar princesitas, por si alguien quiere buscar, me niego a poner los enlaces.
Jaime- Sexto Hombre
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Fecha de inscripción : 03/03/2008
Re: Desajustes
En cierta ocasión hablaba con una pedagoga de más o menos mi edad acerca de lo preocupante de ver cómo hay una o dos generaciones que, salvando excepciones, han crecido aparentemente sin valores, sin un sentido claro de disciplina, respeto y entendimiento de una cierta jerarquía a lo largo de su vida en cada ámbito de la misma en la que se encuentren, pero, sobre todo, sin ilusión. La respuesta de esta persona fue tajante: "Miente quien diga que la culpa no la tienen los padres"...
... también me dijo algo menos preocupante (al menos, en lo que a mí se refiere), y es que mi generación tiene la "suerte" (entrecomillo porque no estoy muy seguro de que sea el término adecuado) de ser testigos de cómo nuestras generaciones anteriores, es decir, nuestros "hermanos mayores" han cometido tantos errores con sus hijos que nosotros estamos recogiendo las consecuencias para evitar que ello nos pase a nosotros. La verdad es que de esto último no estoy tan convencido de manera generalista porque siempre hay algún gilipollas que se salta la pauta y deja la reflexión a la altura del betún, pero sí es cierto que muchos de los medio-carrozas de mi quinta miramos con preocupación casos como el que planteas, entre otros muchos. Y, desde mi perpectiva profesional, te puedo asegurar que he sido testigo ya de tantas historias de todo tipo de calificaciones que hay veces que hasta se me quitan las ganas de tener hijos...
... y no me entendais mal, que sé que muchos de los foreros habituales de este Foro son aún bastante jóvenes y puede que con lo que digo pueda provocar una polémica del todo innecesaria al dar a entender que meto a todo Dios en el mismo saco. No, por Dios, si así fuese, no sólo no habría vuelto a entrar en este Foro, sino que posiblemente ya lo habría cerrado. A vosotros, aquellos cuya edad oscila entre los 15 y los 25 (los de edades anteriores aún los considero niños, y como tales deben ser tratados), os tengo dentro de ese subgrupo de "mientras haya vida, hay esperanza". Pero en vuestra generación (o generaciones) hay una gran desazón mayoritaria que ha antepuesto sus derechos a sus deberes y su ombliguismo a sus obligaciones. Dan por sentado que sus problemas son más importantes que cualquier otra cosa, sea el problema que sea, comienzan a madurar mucho más tarde que generaciones pasadas, aunque piensen que se vuelven más adultos a más temprana edad, y son cada vez un poco más violentos sin motivo aparente. Esos adolescentes (y niños, como apunta Jaime) que a muy temprana edad deciden apurar su niñez sin más para mamar de una adolescencia prematura y muy, muy rápida que a muchos les está haciendo entrar en barrena sin remedio, como es el caso de los que dan consejos sobre anorexia y bulimia para fijar unos cánones de belleza a una edad muy peligrosa para ello (porque el tema en cuestión ya de por sí es peligroso, pero siete veces más si hablamos de niños); esos, que entienden que toda norma impuesta es una barrera a superar y que todo aquel que trata de impedirlo es un enemigo a despreciar; esos... esos son, desgraciadamente, cada vez más. Jóvenes insanos, peligrosos, inconscientes... esos, todos esos, podían haber sido de otro modo. El problema viene cuando quieres enderezar un arbol que ya ha crecido torcido. ¿Quien ha podido ir podándolo desde que era arbusto?...
... el otro día estaba en un parque infantil del barrio de una cuñada mía. Estaba con mi mujer y con una sobrinilla de tres añitos de edad (por cierto, para comérsela con la lengua que me está echando ya la tía), cuando veo cómo un niño de los que estaba en dicho parque comienza a trepar por un árbol. La madre, que estaba muy entretenida hablando con sus amigas, madres a su vez de otros niños, se percató del hecho, y sus palabras, con una voz muy aterciopelada y a medio gritito de leve disconformidad, con una mirada de "no hagas cosas de niños, ¿no ves que estoy hablando?", fueron las siguientes: "Raúl, bájate de ahí, por favor". Evidentemente, el niño no se bajó (es que si es mi madre, yo me meo de la risa en su cara. Juraría que el niño también pensaba así). Poco después, pasó lo que tenía que pasar: el niño se pegó un hostiazo en el suelo de cojones y... ¿adivinais qué hizo a madre? No, por supuesto, pasar del tema no (entonces hablaríamos de una verdadera hija de puta). Lo que hizo la buena señora es salir corriendo hasta donde estaba el niño hartándose de llorar para, seguidamente, darle unos cuantos tortazos en el culo (sin reñirle ni leches), dejarlo de nuevo allí llorando cuando vio que no tenía nada grave, y... seguir hablando con sus amigas. Amigos míos, ahí vi el ojo del agujero negro: ¿qué cojones puedes esperar de un joven sin ambición, ni respeto, ni sentido del orden, etc., etc... si sus padres han pasado de él como de la mierda? Esas generaciones de la PlayStation, de vivir más tiempo con sus abuelos que con sus padres (que sus abuelos son eso: sus abuelos), de llegar a casa a las tantas sin tener a nadie que les castigue por llegar tarde, de tener todo lo que han querido de la manera más fácil del mundo: pidíéndolo y, si no funciona, insistir un poquito, y... ¡premio!... esas generaciones podían haber sido mucho más felices de lo que lo son ahora. Pero si tu padre pasa de tí porque viene cansado de trabajar, tu madre, tres cuartos de lo mismo y, cuando te quieren echar cuenta, es para ser amigos tuyos (porque eso mola más que ser padres. Hecho que se multiplica por doscientos si encima son padres separados o divorciados, bien para calmar su pena, bien para joder al ex-prójimo), pues, evidentemente, poco se iba a sacar de ahí. Y ahí las tienes: mini-Hannah Montanas de diez-doce años vestidas como Madonna para gustar, maquillándose para ser sexys, hablando de pollas, de coños (creo que sin saber exactamente lo que es todo eso en toda la extensión de la palabra)... niños que disfrutan humillando a otros que consideran inferiores por ser gordos, extranjeros, "empollones", tímidos... pero no humillándolos sin más, claro está, que para eso las nuevas tecnologías unidas a una violencia contagiosa hacen de una humillación pública un deporte... adolescentes, en general, que no tienen problemas en insultar a policías y pegar a maestros porque sus propios padres no han sabido darles una educación (que, no lo olvidemos, la educación la dan - o deben darla - los padres. Los profesores, enseñan)...
... muchos pensarán que todo esto es una pataleta del abuelo cebolleta, probablemente. Pero el hilo que acaba de abrir Jaime es tan cierto como preocupante. Y desemboca en todo lo que acabo de relatar, a lo que el tema de este hilo le da una vuelta aún más preocupante si cabe: páginas web con asuntos tabú, redes sociales donde cuelgas tu vida y la abres a quien sea, enseñándole lo que sea, personajes (reales o no) que acaban siendo más influyentes en sus vidas que sus propios padres... cuando muchos se llevan una gran hostia moral, que es, entre otros momentos, cuando están delante mío (que, normalmente, no es por algo bueno que hayan hecho), les ves llorar, ves cómo sus padres no saben qué hacer para consolarles, ahí es donde te das cuenta que son solo niños que se han perdido, pero que, o hay suerte, o en algunos casos, se pierden para siempre...
... qué pena, de verdad...
Sobre la bocina: una vez, una señora me dijo, con respecto a su hija de quince años que no hacía más que protestar mientras le recogía una denuncia a su madre porque "estaba tardando mucho y había quedado con una amiga" y a la que miré con cara de muy pocos amigos, lo siguiente: "Agente, ríñale usted, que a mí ya me tiene desquiciada". Mi respuesta, inmediata (creo que ni la pensé): "Señora, yo estoy haciendo mi trabajo. Haga usted el suyo"...
EDITO: la señora no respondió. Pero tampco hizo callar a su hija...
... también me dijo algo menos preocupante (al menos, en lo que a mí se refiere), y es que mi generación tiene la "suerte" (entrecomillo porque no estoy muy seguro de que sea el término adecuado) de ser testigos de cómo nuestras generaciones anteriores, es decir, nuestros "hermanos mayores" han cometido tantos errores con sus hijos que nosotros estamos recogiendo las consecuencias para evitar que ello nos pase a nosotros. La verdad es que de esto último no estoy tan convencido de manera generalista porque siempre hay algún gilipollas que se salta la pauta y deja la reflexión a la altura del betún, pero sí es cierto que muchos de los medio-carrozas de mi quinta miramos con preocupación casos como el que planteas, entre otros muchos. Y, desde mi perpectiva profesional, te puedo asegurar que he sido testigo ya de tantas historias de todo tipo de calificaciones que hay veces que hasta se me quitan las ganas de tener hijos...
... y no me entendais mal, que sé que muchos de los foreros habituales de este Foro son aún bastante jóvenes y puede que con lo que digo pueda provocar una polémica del todo innecesaria al dar a entender que meto a todo Dios en el mismo saco. No, por Dios, si así fuese, no sólo no habría vuelto a entrar en este Foro, sino que posiblemente ya lo habría cerrado. A vosotros, aquellos cuya edad oscila entre los 15 y los 25 (los de edades anteriores aún los considero niños, y como tales deben ser tratados), os tengo dentro de ese subgrupo de "mientras haya vida, hay esperanza". Pero en vuestra generación (o generaciones) hay una gran desazón mayoritaria que ha antepuesto sus derechos a sus deberes y su ombliguismo a sus obligaciones. Dan por sentado que sus problemas son más importantes que cualquier otra cosa, sea el problema que sea, comienzan a madurar mucho más tarde que generaciones pasadas, aunque piensen que se vuelven más adultos a más temprana edad, y son cada vez un poco más violentos sin motivo aparente. Esos adolescentes (y niños, como apunta Jaime) que a muy temprana edad deciden apurar su niñez sin más para mamar de una adolescencia prematura y muy, muy rápida que a muchos les está haciendo entrar en barrena sin remedio, como es el caso de los que dan consejos sobre anorexia y bulimia para fijar unos cánones de belleza a una edad muy peligrosa para ello (porque el tema en cuestión ya de por sí es peligroso, pero siete veces más si hablamos de niños); esos, que entienden que toda norma impuesta es una barrera a superar y que todo aquel que trata de impedirlo es un enemigo a despreciar; esos... esos son, desgraciadamente, cada vez más. Jóvenes insanos, peligrosos, inconscientes... esos, todos esos, podían haber sido de otro modo. El problema viene cuando quieres enderezar un arbol que ya ha crecido torcido. ¿Quien ha podido ir podándolo desde que era arbusto?...
... el otro día estaba en un parque infantil del barrio de una cuñada mía. Estaba con mi mujer y con una sobrinilla de tres añitos de edad (por cierto, para comérsela con la lengua que me está echando ya la tía), cuando veo cómo un niño de los que estaba en dicho parque comienza a trepar por un árbol. La madre, que estaba muy entretenida hablando con sus amigas, madres a su vez de otros niños, se percató del hecho, y sus palabras, con una voz muy aterciopelada y a medio gritito de leve disconformidad, con una mirada de "no hagas cosas de niños, ¿no ves que estoy hablando?", fueron las siguientes: "Raúl, bájate de ahí, por favor". Evidentemente, el niño no se bajó (es que si es mi madre, yo me meo de la risa en su cara. Juraría que el niño también pensaba así). Poco después, pasó lo que tenía que pasar: el niño se pegó un hostiazo en el suelo de cojones y... ¿adivinais qué hizo a madre? No, por supuesto, pasar del tema no (entonces hablaríamos de una verdadera hija de puta). Lo que hizo la buena señora es salir corriendo hasta donde estaba el niño hartándose de llorar para, seguidamente, darle unos cuantos tortazos en el culo (sin reñirle ni leches), dejarlo de nuevo allí llorando cuando vio que no tenía nada grave, y... seguir hablando con sus amigas. Amigos míos, ahí vi el ojo del agujero negro: ¿qué cojones puedes esperar de un joven sin ambición, ni respeto, ni sentido del orden, etc., etc... si sus padres han pasado de él como de la mierda? Esas generaciones de la PlayStation, de vivir más tiempo con sus abuelos que con sus padres (que sus abuelos son eso: sus abuelos), de llegar a casa a las tantas sin tener a nadie que les castigue por llegar tarde, de tener todo lo que han querido de la manera más fácil del mundo: pidíéndolo y, si no funciona, insistir un poquito, y... ¡premio!... esas generaciones podían haber sido mucho más felices de lo que lo son ahora. Pero si tu padre pasa de tí porque viene cansado de trabajar, tu madre, tres cuartos de lo mismo y, cuando te quieren echar cuenta, es para ser amigos tuyos (porque eso mola más que ser padres. Hecho que se multiplica por doscientos si encima son padres separados o divorciados, bien para calmar su pena, bien para joder al ex-prójimo), pues, evidentemente, poco se iba a sacar de ahí. Y ahí las tienes: mini-Hannah Montanas de diez-doce años vestidas como Madonna para gustar, maquillándose para ser sexys, hablando de pollas, de coños (creo que sin saber exactamente lo que es todo eso en toda la extensión de la palabra)... niños que disfrutan humillando a otros que consideran inferiores por ser gordos, extranjeros, "empollones", tímidos... pero no humillándolos sin más, claro está, que para eso las nuevas tecnologías unidas a una violencia contagiosa hacen de una humillación pública un deporte... adolescentes, en general, que no tienen problemas en insultar a policías y pegar a maestros porque sus propios padres no han sabido darles una educación (que, no lo olvidemos, la educación la dan - o deben darla - los padres. Los profesores, enseñan)...
... muchos pensarán que todo esto es una pataleta del abuelo cebolleta, probablemente. Pero el hilo que acaba de abrir Jaime es tan cierto como preocupante. Y desemboca en todo lo que acabo de relatar, a lo que el tema de este hilo le da una vuelta aún más preocupante si cabe: páginas web con asuntos tabú, redes sociales donde cuelgas tu vida y la abres a quien sea, enseñándole lo que sea, personajes (reales o no) que acaban siendo más influyentes en sus vidas que sus propios padres... cuando muchos se llevan una gran hostia moral, que es, entre otros momentos, cuando están delante mío (que, normalmente, no es por algo bueno que hayan hecho), les ves llorar, ves cómo sus padres no saben qué hacer para consolarles, ahí es donde te das cuenta que son solo niños que se han perdido, pero que, o hay suerte, o en algunos casos, se pierden para siempre...
... qué pena, de verdad...
Sobre la bocina: una vez, una señora me dijo, con respecto a su hija de quince años que no hacía más que protestar mientras le recogía una denuncia a su madre porque "estaba tardando mucho y había quedado con una amiga" y a la que miré con cara de muy pocos amigos, lo siguiente: "Agente, ríñale usted, que a mí ya me tiene desquiciada". Mi respuesta, inmediata (creo que ni la pensé): "Señora, yo estoy haciendo mi trabajo. Haga usted el suyo"...
EDITO: la señora no respondió. Pero tampco hizo callar a su hija...
Re: Desajustes
Frank, yo tengo 23 años y no me considero un ejemplo de nada, ni de hijo, ni de estudiante, ni de nada, pero te voy a dar la razón en todo lo que dices. Tampoco me considero un niño malcriado al que con abrir la boca cuando era pequeño (o ahora también) se la han llenado rápidamente de ambrosía. Mis padres (y abuelos, sobre todo abuelos, benditos sean), como a todo hijo, me han concedido mas de uno y dos caprichos, pero sin pasarse (yo tampoco he sido de pedir nunca la Luna a mis padres, que se lo que cuesta a mi viejo traer el pan a casa). Con todo esto lo que quiero decir es que me considero un tío normal (chaval de 23 años, que estudia su carrera, que se saca sus perras para verano para así no cargar a sus padres con todos los gastos de sus estudios y que vive su vida, creo, sin hacer daño a nadie), que ha pegado bandazos, como no (como dejar la carrera de informática después de 4 años o tener a mi madre preocupada por mí durante un mes en el hospital por haber dado una hostia en coche con los amigos). Y desde mi punto de vista de tío normal, que no se considera ejemplo de nada pero tampoco un anticristo, escribo para darte la razón.
Que con mi edad, o similar, hay: mucho gilipollas que va con la ley por delante a todos lados y después se dedica a pasar grifa a los colegas en el pueblo; mucho comemierda que exige respeto y trato exquisito a profesores o agentes de la autoridad cuando se cruza con ellos y después tratan a sus padres con la punta del nabo (en ocasiones padres que merecerían que ese hijo besara el suelo por el que pisan); mucho tontopolla que ni quiere estudiar, ni tampoco trabajar, simplemente se dedican a vivir del cuento (no se que cuento) pidiéndole pasta a los papis para salir a vacilar el sábado por la noche delante de las niñas con el Honda Civic que le han regalado esos mismos padres (que manda cojones); mucha guarrilla de barrio que en vez de sentarse a estudiar se lleva todo el día pensando en como hacer para tirarse al chulillo de la clase (y después hartarse de llorar cuando el otro le ha bombeado bien el culo para luego pasar de ella); y así muchas cosas mas. Esto no es una generalidad, con mi edad hay bellísima gente, gente que vale de verdad, pero no deja de ser cierto que abunda muy mucho el tipo de juventud de la que habla Frank. Y yo lo veo, probablemente lo veo y lo sé de mas cerca que vosotros porque yo trato con ellos cada día y os puedo decir que son gente mas podrida de lo que parece aún, mucho más, gente que no vale una mierda.
En fin, no se si mi generación es mejor o peor que la vuestra (los del club de los taytantos), pero sí es cierto que con mi edad hay mucho tonto suelto que necesita que le den dos hostias bien pegadas para que espabilen. Repito, yo no me considero ejemplo de nada y mis errores ahí están, pero os doy la razón. Un saludo.
Que con mi edad, o similar, hay: mucho gilipollas que va con la ley por delante a todos lados y después se dedica a pasar grifa a los colegas en el pueblo; mucho comemierda que exige respeto y trato exquisito a profesores o agentes de la autoridad cuando se cruza con ellos y después tratan a sus padres con la punta del nabo (en ocasiones padres que merecerían que ese hijo besara el suelo por el que pisan); mucho tontopolla que ni quiere estudiar, ni tampoco trabajar, simplemente se dedican a vivir del cuento (no se que cuento) pidiéndole pasta a los papis para salir a vacilar el sábado por la noche delante de las niñas con el Honda Civic que le han regalado esos mismos padres (que manda cojones); mucha guarrilla de barrio que en vez de sentarse a estudiar se lleva todo el día pensando en como hacer para tirarse al chulillo de la clase (y después hartarse de llorar cuando el otro le ha bombeado bien el culo para luego pasar de ella); y así muchas cosas mas. Esto no es una generalidad, con mi edad hay bellísima gente, gente que vale de verdad, pero no deja de ser cierto que abunda muy mucho el tipo de juventud de la que habla Frank. Y yo lo veo, probablemente lo veo y lo sé de mas cerca que vosotros porque yo trato con ellos cada día y os puedo decir que son gente mas podrida de lo que parece aún, mucho más, gente que no vale una mierda.
En fin, no se si mi generación es mejor o peor que la vuestra (los del club de los taytantos), pero sí es cierto que con mi edad hay mucho tonto suelto que necesita que le den dos hostias bien pegadas para que espabilen. Repito, yo no me considero ejemplo de nada y mis errores ahí están, pero os doy la razón. Un saludo.
Drackoon- Superestrella
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Re: Desajustes
Está claro, Spyro, que no hay generaciones mejores o peores. A las generaciones las marcan las experiencias y valores de cada momento. Las de nuestros padres la guerra o la postguerra, las carencias y un sistema educativo anquilosado; la mía por tener cubiertas las necesidades básicas y permitirse algunos caprichos, con padres un poco distantes y estrictos, madres abnegadas y entregadas a la causa y profesores autoritarios. Son pinceladas generales y tiene sus excepciones, como es natural.
Los padres de una niña de 7 años se moverán entre treinta y cuarenta años. Yo también pensaba que mi generación corregiría algunos defectos educativos, pero parece que no es así. Esta afirmación la pongo en cuarentena por ser una generalización.
Al hilo de lo que dice Frank sobre derechos y obligaciones, me llamaron la atención los razomientos de las niñas para seguir esa forma de vida: mi vida es mía y hago con ella lo que quiero; no perjudico a nadie; soy dueña de mis actos; es mi elección y hay que respetarla.
¿Con 10 años?
Debería haber un procedimiento legal para cerrar de inmediato estas páginas.
Los padres de una niña de 7 años se moverán entre treinta y cuarenta años. Yo también pensaba que mi generación corregiría algunos defectos educativos, pero parece que no es así. Esta afirmación la pongo en cuarentena por ser una generalización.
Al hilo de lo que dice Frank sobre derechos y obligaciones, me llamaron la atención los razomientos de las niñas para seguir esa forma de vida: mi vida es mía y hago con ella lo que quiero; no perjudico a nadie; soy dueña de mis actos; es mi elección y hay que respetarla.
¿Con 10 años?
Debería haber un procedimiento legal para cerrar de inmediato estas páginas.
Jaime- Sexto Hombre
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Re: Desajustes
Uy, Jaime, qué gracia me ha hecho lo de la frasecita de la niña de marras que citas en tu post anterior...
... porque creo que es un lema extendido. Lo mismo (lo mismo) me dijo un muchachilla de dieciseis años no hace ni mucho, a colación de una pequeña discusión (en la puerta de una discoteca, a las seis de la mañana, yo iba de verde y ella iba muy borracha) en la que tuvimos que mediar porque la criatura, como parte de dicho follón, no hacía más que cagarse literalmente en los muertos de los porteros de la misma porque, según manifestaba, "le habían pegado a su novio" (su novio es un follonero de cojones que se había liado a hostias con otro tío, por lo visto, por una gilipollez), cuando lo único que habían hecho era sacarlo del local mientras nosotros llegábamos, claro, que, como es normal, no iba a colaborar mucho. Cuando le dije que la iba a denunciar por alteración de orden público, su respuesta fue más contundente, alertándome de por dónde se pasaba la denuncia. Cuando le pedí el DNI, me dijo que no lo llevaba. Cuando le dije que me diese sus datos, me dijo que no. Cuando le dije que me la llevaba al cuartel para identificarla, tardó el tiempo suficiente en reaccionar y darme sus datos. Moraleja: cuando se dan con un muro que no pueden franquear, descubren la verdadera persona que llevan dentro: un niño/niña. Es que es así de triste (y de evidente)...
Sobre la bocina: convendré de nuevo hacer matiz por si acaso, aunque ya lo hiciese antes. No pretendo generalizar, si así fuese, así sería mi planteaminto y, por ende, este Foro llevaría cerrado siglos (porque, para empezar, ni me habría molestado en entablar amistad con muchos de vosotros). Pero me temo que una grandísima parte de vuestros coetáneos os dejan en muy mal lugar...
... porque creo que es un lema extendido. Lo mismo (lo mismo) me dijo un muchachilla de dieciseis años no hace ni mucho, a colación de una pequeña discusión (en la puerta de una discoteca, a las seis de la mañana, yo iba de verde y ella iba muy borracha) en la que tuvimos que mediar porque la criatura, como parte de dicho follón, no hacía más que cagarse literalmente en los muertos de los porteros de la misma porque, según manifestaba, "le habían pegado a su novio" (su novio es un follonero de cojones que se había liado a hostias con otro tío, por lo visto, por una gilipollez), cuando lo único que habían hecho era sacarlo del local mientras nosotros llegábamos, claro, que, como es normal, no iba a colaborar mucho. Cuando le dije que la iba a denunciar por alteración de orden público, su respuesta fue más contundente, alertándome de por dónde se pasaba la denuncia. Cuando le pedí el DNI, me dijo que no lo llevaba. Cuando le dije que me diese sus datos, me dijo que no. Cuando le dije que me la llevaba al cuartel para identificarla, tardó el tiempo suficiente en reaccionar y darme sus datos. Moraleja: cuando se dan con un muro que no pueden franquear, descubren la verdadera persona que llevan dentro: un niño/niña. Es que es así de triste (y de evidente)...
Sobre la bocina: convendré de nuevo hacer matiz por si acaso, aunque ya lo hiciese antes. No pretendo generalizar, si así fuese, así sería mi planteaminto y, por ende, este Foro llevaría cerrado siglos (porque, para empezar, ni me habría molestado en entablar amistad con muchos de vosotros). Pero me temo que una grandísima parte de vuestros coetáneos os dejan en muy mal lugar...
Re: Desajustes
Todo eso teniendo en cuenta, además, que no se trata de ser un angelito, que todos las hemos montado gordas.
El trabajo hay que hacerlo desde pequeños. No conozco ningún padre perfecto, todos nos equivocamos. Se trata de dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para que calen los valores que cada uno considere válidos.
El trabajo hay que hacerlo desde pequeños. No conozco ningún padre perfecto, todos nos equivocamos. Se trata de dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para que calen los valores que cada uno considere válidos.
Jaime- Sexto Hombre
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Vie 25 Mayo 2012, 23:34 por rob
» Hola y adiós, soy el juez.
Vie 25 Mayo 2012, 23:33 por rob
» Family
Jue 17 Mayo 2012, 00:49 por Albertini
» Shaquille O'Neal se retira.
Jue 08 Mar 2012, 12:43 por auchinlenk
» el foro... ya es historia
Vie 02 Mar 2012, 17:09 por rob
» felicidades, Kaki
Vie 17 Feb 2012, 15:20 por rob
» el equipo de mi pueblo
Miér 01 Feb 2012, 19:12 por rob
» Manel Comas, ponte bueno.
Dom 22 Ene 2012, 22:30 por rob
» el partido de la jornada
Lun 09 Ene 2012, 23:01 por rob